
Las investigaciones relacionadas con el Autismo sugieren que la prevalencia de este trastorno se ha multiplicado por diez durante la década pasada. Pero nadie sabe realmente porqué ha habido un aumento tan dramático o qué lo ha provocadoismo

El autismo es un desorden del desarrollo del cerebro que comienza en los niños antes de los tres años de edad y que deteriora su comunicación e interacción social causando un comportamiento restringido y repetitivo. Puede clasificarse de diversas formas, como un desorden en el desarrollo neurológico o un desorden en el aparato psíquico.
Las personas con autismo clásico muestran distintos tipos de síntomas: interacción social limitada, problemas con la comunicación verbal y no verbal. Las características del autismo por lo general aparecen durante los primeros tres años de la niñez (con frecuencia no se nota antes de los 2 ó 3 años de edad) y continúan a lo largo de toda la vida. Aunque no existe una "cura", el cuidado apropiado puede promover un desarrollo relativamente normal y reducir los comportamientos considerados inapropiados. Las personas con autismo tienen una esperanza de vida normal.

Causas
Las causas del autismo se desconocen en una generalidad de los casos, pero muchos investigadores creen que es el resultado de algún factor ambiental que interactúa con una susceptibilidad genética.
Harris Coulter, director del Center for Empirical Medicine en Washington, D.C., e historiador, ha hecho el cargo inicial que mucho del autismo fue causado por la administración en la niñez temprana de la vacuna contra la tosferina de célula completa. En dos libros recientes (DPT: "A Shot in the Dark", por Harris Coulter y Barbara Fisher, publicado por Harcourt Brace Jovanovich en 1985 y "Vaccination, Social Violence, and Criminality", publicado en 1990 por Nort Atlantic Books), Coulter ha reunido importante y abrumadora evidencia circunstancial en contra de la vacuna anti-tosferínica y ha clamado por la realización de estudios para esclarecer su relación causal con el autismo inducido por encefalitis, el daño cerebral y la muerte por apnea (paro respiratorio) conocido comúnmente como "muerte súbita del lactante" (en inglés, SIDS). .
Su cargo ha generado también una explicación a la mayor incidencia del autismo en los varones por su desarrollo más lento que las niñas, siendo por tanto sus cerebros más vulnerables a las edades en las que la inoculación DPT normalmente se lleva a cabo.
Las causas del autismo se desconocen en una generalidad de los casos, pero muchos investigadores creen que es el resultado de algún factor ambiental que interactúa con una susceptibilidad genética.
Harris Coulter, director del Center for Empirical Medicine en Washington, D.C., e historiador, ha hecho el cargo inicial que mucho del autismo fue causado por la administración en la niñez temprana de la vacuna contra la tosferina de célula completa. En dos libros recientes (DPT: "A Shot in the Dark", por Harris Coulter y Barbara Fisher, publicado por Harcourt Brace Jovanovich en 1985 y "Vaccination, Social Violence, and Criminality", publicado en 1990 por Nort Atlantic Books), Coulter ha reunido importante y abrumadora evidencia circunstancial en contra de la vacuna anti-tosferínica y ha clamado por la realización de estudios para esclarecer su relación causal con el autismo inducido por encefalitis, el daño cerebral y la muerte por apnea (paro respiratorio) conocido comúnmente como "muerte súbita del lactante" (en inglés, SIDS). .
Su cargo ha generado también una explicación a la mayor incidencia del autismo en los varones por su desarrollo más lento que las niñas, siendo por tanto sus cerebros más vulnerables a las edades en las que la inoculación DPT normalmente se lleva a cabo.

Las características por las que podemos reconocer a un niño autista son variadas, pues como ya dijimos anteriormente, es un síndrome (conjunto de anomalías) y no es una enfermedad. Se considera que una persona es autista si tiene o ha tenido en alguna etapa de su vida, cuando menos siete de las siguientes características:
· Lenguaje nulo, limitado o lo tenía y dejó de hablar.
· Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).
· Parece sordo, no se inmuta con los sonidos.
· Obsesión por los objetos, por ejemplo, le gusta traer en la mano un montón de lápices o cepillos sin razón alguna.
· No tiene interés por los juguetes o no los usa adecuadamente.
· Apila los objetos o tiende a ponerlos en línea.
· No ve a los ojos, evita cualquier contacto visual.
· No juega ni socializa con los demás niños.
· No responde a su nombre.
· Muestra total desinterés por su entorno, no está pendiente.
· No obedece ni sigue instrucciones.
· Pide las cosas tomando la mano de alguien y dirigiéndola a lo que desea.
· Evita el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen.
· Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.
· Gira o se mece sobre sí mismo.
· Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.
· Camina de puntitas (como ballet).
· No soporta ciertos sonidos o luces (por ejemplo, la licuadora o el microondas).
· Hiperactivo (muy inquieto) o extremo pasivo (demasiado quieto).
· Agresividad y/o auto agresividad (se golpea a sí mismo).
· Obsesión por el orden y la rutina, no soporta los cambios.
· Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o porque no obtuvo algo.
· Se ríe sin razón aparente (como si viera fantasmas).
· Comportamiento repetitivo, es decir, tiende a repetir un patrón una y otra vez en forma constante.
Esta lista se da como referencia pero será necesaria el diagnóstico del neurólogo así como la valoración del psicólogo.
· Lenguaje nulo, limitado o lo tenía y dejó de hablar.
· Ecolalia, repite lo mismo o lo que oye (frases o palabras).
· Parece sordo, no se inmuta con los sonidos.
· Obsesión por los objetos, por ejemplo, le gusta traer en la mano un montón de lápices o cepillos sin razón alguna.
· No tiene interés por los juguetes o no los usa adecuadamente.
· Apila los objetos o tiende a ponerlos en línea.
· No ve a los ojos, evita cualquier contacto visual.
· No juega ni socializa con los demás niños.
· No responde a su nombre.
· Muestra total desinterés por su entorno, no está pendiente.
· No obedece ni sigue instrucciones.
· Pide las cosas tomando la mano de alguien y dirigiéndola a lo que desea.
· Evita el contacto físico. No le gusta que lo toquen o carguen.
· Aleteo de manos (como si intentara volar) en forma rítmica y constante.
· Gira o se mece sobre sí mismo.
· Se queda quieto observando un punto como si estuviera hipnotizado.
· Camina de puntitas (como ballet).
· No soporta ciertos sonidos o luces (por ejemplo, la licuadora o el microondas).
· Hiperactivo (muy inquieto) o extremo pasivo (demasiado quieto).
· Agresividad y/o auto agresividad (se golpea a sí mismo).
· Obsesión por el orden y la rutina, no soporta los cambios.
· Se enoja mucho y hace rabietas sin razón aparente o porque no obtuvo algo.
· Se ríe sin razón aparente (como si viera fantasmas).
· Comportamiento repetitivo, es decir, tiende a repetir un patrón una y otra vez en forma constante.
Esta lista se da como referencia pero será necesaria el diagnóstico del neurólogo así como la valoración del psicólogo.

Relación entre autismo y vacunación
La preocupación por la posible asociación entre las vacunas de paperas, rubéola y sarampión fue planteada por la aparición de un estudio que el Dr. Andrew Wakefield publicó en el Lancet en 1998, que afirmaba que la vacuna podría producir autismo. Sin embargo, ninguna investigación ha demostrado esta asociación y la mayoría abrumadora de expertos cree que la vacuna es segura.
Las investigaciones realizadas en Japón estiman que existen unos 31.000 niños autistas con edades de hasta siete años que nacieron antes y después de la retirada de la vacuna en ese país. Se encontró que el índice de autismo continuó aumentando después de que la vacuna triple fuera retirada en 1993, mientras que se esperaba que bajaran las cifras si la vacunación era una causa importante.
¿Cómo se diagnostica el autismo?
El autismo puede ser difícil de diagnosticar pues es un trastorno complejo y los síntomas son variados. Aunque las características del autismo son generalmente evidentes en los primeros años de vida, puede pasar desapercibido durante muchos años, especialmente entre los que se hayan en el extremo más capaz del espectro, donde los síntomas son más sutiles. Sin embargo, la gente con autismo tiende a mostrar comportamientos indicativos del trastorno. Éstos pueden incluir golpear ligeramente partes del cuerpo, balanceo, rechinar los dientes y gruñidos repetitivos.
Comportamientos más complejos que se asocian a este trastorno incluyen:
El apego excesivo a objetos particulares sin ningún propósito aparente.
Una fascinación con los patrones repetidos de objetos o sonidos.
Colocación de los objetos en filas o patrones.
La preocupación por la posible asociación entre las vacunas de paperas, rubéola y sarampión fue planteada por la aparición de un estudio que el Dr. Andrew Wakefield publicó en el Lancet en 1998, que afirmaba que la vacuna podría producir autismo. Sin embargo, ninguna investigación ha demostrado esta asociación y la mayoría abrumadora de expertos cree que la vacuna es segura.
Las investigaciones realizadas en Japón estiman que existen unos 31.000 niños autistas con edades de hasta siete años que nacieron antes y después de la retirada de la vacuna en ese país. Se encontró que el índice de autismo continuó aumentando después de que la vacuna triple fuera retirada en 1993, mientras que se esperaba que bajaran las cifras si la vacunación era una causa importante.
¿Cómo se diagnostica el autismo?
El autismo puede ser difícil de diagnosticar pues es un trastorno complejo y los síntomas son variados. Aunque las características del autismo son generalmente evidentes en los primeros años de vida, puede pasar desapercibido durante muchos años, especialmente entre los que se hayan en el extremo más capaz del espectro, donde los síntomas son más sutiles. Sin embargo, la gente con autismo tiende a mostrar comportamientos indicativos del trastorno. Éstos pueden incluir golpear ligeramente partes del cuerpo, balanceo, rechinar los dientes y gruñidos repetitivos.
Comportamientos más complejos que se asocian a este trastorno incluyen:
El apego excesivo a objetos particulares sin ningún propósito aparente.
Una fascinación con los patrones repetidos de objetos o sonidos.
Colocación de los objetos en filas o patrones.
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